07 junio 2017

Nuevas Propuestas, nuevas ideas.



¿COMO HARÍA UN REPORTAJE REALMENTE?

El reportaje de boda ha evolucionado poco. Desde las primeras fotos que se hacían en estudio una o máximo dos o tres. Los novios posando y reflejando el histórico día. Luego sobre los años 60 ó 70 del pasado siglo se empezó a recoger una crónica fotográfica del día de la boda. De ahí no hemos pasado. No me vale que me digan que ahora los fotógrafos de boda somos “foto-periodistas” no os canséis. Una boda solo se ha abordado desde el punto de vista de perseguir a la pareja y los invitados durante doce horas. Improvisando y con, a veces, luz poco amable. Eso es un reto ¿No? Y las fotos salen estupendas.
Como no, somos profesionales, que menos. Pero permitidme que fantasee un poco y os diga como sería mi reportaje ideal. Sin dejar de plasmar el día de la boda, yo añadiría una sesión larga tranquilamente y controlada por el fotógrafo. En estudio o exteriores o ambas combinadas. Probablemente eso se haya hecho ya. Pero para celebridades o gente que quiere de verdad un recuerdo de calidad. No me refiero a la pre-boda o postboda. La primera es una sesión informal y la segunda suele ser el día después de la boda y los rostros de la pareja suelen reflejar lo que ha sido una noche casi en blanco.
La razón de este desvarío transitorio de un fotógrafo de hacer una sesión aparte del día de la boda en condiciones no es tan descabellado. ¿Que se hace con las comuniones? Pues nadie protesta. Y si el día de la comunión es importante para los niños ¿Lo es menos una boda? Además el día de la boda tienes que estar pendiente (no solo el fotógrafo sino la pareja) de horarios de Iglesia, Juzgados, u otros recintos religiosos. De la disponibilidad de un parque o un paraje adecuado para las fotos y hacerlas en veinte minutos que llegas tarde al cóctel. Luego los restaurantes, unos menús deliciosos, pero ningún sitio en algunos de ellos donde sacar fotos de calidad o con fondos o marcos buenos.
Los invitados. A veces dan juego en los reportajes. Pero otras veces entorpecen o no colaboran lo suficiente. Y esas maratonianas jornadas de más de doce horas de los fotógrafos con todo el equipo siguiendo a la pareja como si todas las noticias de la boda tuviéramos que plasmarlas a la vez. Es nuestro trabajo y es lo que hay. Todo lo que digo de hacer un reportaje adicional costaría más dinero. Y yo pregunto ¿Por qué recordáis el día de vuestra boda los que ya estéis casados? Solo hay una respuesta doble: Por las fotos y vídeos. Ni el menú, ni la ceremonia, ni las risas estarían en vuestra memoria si no hubiera un testimonio gráfico del mismo. Y no se escatima dinero ni en vestidos y trajes, ni en que el menú sea del gusto de los invitados. Ni en viajar a Dubai en viaje de novios. Y sin embargo el recuerdo lo dan las fotos y los vídeos. Se escatima a veces en lo más importante y eso no se puede solucionar después.
Y ya poniendo a volar la imaginación se me ocurre que podían hacerse un relato del día de la boda desde el primer momento de arreglarse la pareja hasta que todos se despiden de la fiesta. Eso tendría que hacerlo un escritor... que también habría que pagar.
Podría hacerse también un reportaje de vídeo con lo que digo. Pero no a la vez que las fotos, que bastante nos entorpecemos los fotógrafos y videógrafos mutuamente en los actuales. Soñar, crear, imaginar. Es la labor de quien se dedica a cosas creativas. Tenemos más medios, pero se debería evolucionar.

JUAN GREGORIO GARCÍA ALHAMBRA


FOTÓGRAFO DE FOTO DIGITALHAMBRA