30 marzo 2022

La Soledad en Fotografía

 

LA SOLEDAD EN FOTOGRAFÍA

Se dice que la afición-profesión de fotógrafo es algo de solitarios. Y voy a explicarlo. Al menos desde mi punto de vista. Primero, no es que nos moleste la gente (a veces sí) es que somos muy pesados y lo mismo vemos una localización nos enamoramos de ella y nos quedamos allí a vivir con lo cual tu-tus acompañantes quieren seguir caminando. O lo contrario tu gente está muy a gusto en un sitio y tú que no, que no lo ves y te vas pitando. Si llevas tu el coche no tienen más que tragar y moverse o quedarse quietos. Si no, tienes que ir solo. A un fotógrafo no se le lleva la contraria, que lleva un trípode de fibra de carbono y una cámara de aleación de magnesio con un objetivo con medio kilo de vidrio. Y te atiza si le llevas la contraria, vaya si te atiza :-)

Alguna vez hacemos una quedada y nos juntamos 4 o 5 fotógrafos. O más. Pero seguimos siendo unidades en lo universal. Cada uno se coloca donde puede y hace su foto. Seguro que las 4 o 5 fotos son diferentes. Por otra parte se dice que los fotógrafos son la profesión que más divorcios tiene por metro cuadrado. Somos raros, si bastante. Pero tenemos una visión especial.

A nadie en su sano juicio se le ocurre coger una mochila que suele pesar, un trípode que, si es bueno, pesa más que la mochila. Sacar el coche e irse al campo a ver amanecer, o a coger a las 3 de la mañana la vía láctea, o a las 4 de la mañana ver una lluvia de estrellas o un eclipse. Es más cómodo esperar a que algún pirado las suba a Instagram y así te ahorras el madrugón o la trasnochá.

Solos se piensa mejor. Decides si estás dos horas parado, o dando vueltas a un motivo, o vas corriendo de un lado a otro para pillar primero el atardecer en un sitio, el crepúsculo en otro y luego hacer pintura de luz en esas ruinas que tampoco son para tanto. Eso por que somos unos incomprendidos. La gente normal no se enamora de unas ruinas que no son ni históricas, ni distingue entre la luz de la hora, azul, el crepúsculo y el crepúsculo náutico. No sabe que se puede crear de la nada figuras con linternas. Le da igual que tu cámara pueda estar haciendo fotos dos horas para hacer una circumpolar.

En eso no nos parecemos al cine. Para hacer un corto normalito, tienes que movilizar a los actores, a un técnico de sonido, a un director de fotografía, maquilladores, director de corto, realizador, buscador de localizaciones, cámaras, vestuario etc. Así es imposible hacer nada solo. Un fotógrafo pilla la cámara y esa es su única compañía.

¿Y si fotografías personas? Bueno ahí no estás solo pero sí. La gente piensa que te estás fijando en las/los modelos. Y no, estás mirando si el pelo está bien colocado, si se han equivocado en poner maquillaje de brillo cuando vas a utilizar iluminación que se refleja, que salgan los dos ojos si está medio de perfil. Qué la cámara enfoque bien. Estás en todo menos en que tienes alguien que va a tener mucha paciencia contigo.

Puedes estar haciendo fotoperiodismo. Estás en, por poner un ejemplo en una manifestación, pero estás solo. Tratas de evitar a los alborotadores, y a ratos a los antidisturbios, tratas de colocarte lo más inadvertido posible. Para conseguir imágenes más auténticas. Y luego te retiras a tu casa o tu despacho en el caso que lo tengas y ahí, solo de verdad. Escoges las mejores imágenes.

Y si vas en una excursión, siempre te tienen que esperar por que no dejas de hacer fotos a los paisajes, a los insectos, a las aves, a las flores, a las plantas. No eres consciente de que eres parte de un grupo. Luego les gustan mucho las fotos, pero tienen que esperarte o tú aligerar el paso.

Somos solitarios, pero nos gusta la gente. Solitarios para conseguir fotos chulas. Pero luego somos buenos conversadores. Un fotógrafo sabe un poco de todo. No conozco a ningún fotógrafo o fotógrafa de los de verdad que no merezca la pena pasar un rato con ellos. Eso sí procura hablar de otras cosas que no sea de fotografía. Que nos ponemos muy pesados y hablamos en clave con tecnicismos que a veces no entiende nadie.

Bueno ahora estoy solo haciendo esta entrada del blog. No haciendo fotos. Y la única manera de ser libre es estar solo.


JUAN GREGORIO GARCÍA ALHAMBRA

FOTÓGRAFO PROFESIONAL



























21 marzo 2022

¿Seguir o no seguir las normas en fotografía?

                                             LAS “NORMAS” EN FOTOGRAFÍA

Hace tiempo que no paso por el blog. Y se me ha ocurrido polemizar, una vez más, con algo que últimamente se oye mucho. Normas en fotografía sí, normas en fotografía no. En primer lugar decir que normas, leyes o reglas como tales no existen en fotografía. No hay un “código” que las recoja como tales. Tampoco te van a meter en la cárcel si no las respetas, ni te van a poner una multa o te van a inhabilitar como fotógrafo. Esto ya les va sonando bien a los “sin normas”.

Por otra parte en todos los oficios y artes en general hay unos modos de trabajo y unas normas que si las sigues, todo bien, si no las sigues, probablemente nadie te contrate o te pida que hagas algo referente a ese oficio o arte. No por que sean normas y tampoco por que sean obligatorias. Simplemente son buenas prácticas que se han venido haciendo desde hace tiempo y funcionan. Pensar que uno puede coger una cámara y disparar con horizontes torcidos, desenfocando todo y disparando sin ajustar la exposición correctamente y que salgan fotos buenas de verdad es ciencia ficción-Pues a mi me parece creativo- Vale arte es todo lo que alguien considera arte. Pero lo bien hecho bien parece que diría mi abuelo.

Durante muchos siglos los pintores (de los que los fotógrafos somos de alguna manera herederos) han custodiado muchas reglas de composición y técnica de imagen. Tanto que a veces se guardaban como valiosos secretos, que llegaban incluso a costarle la vida a quien trataba de osar revelarlos. Por eso hay cuadros e imágenes superlativas. Por que han seguido las reglas que hacen que nos paremos a mirarlos una y otra vez y no parar de descubrir detalles en su elaboración. Y ahora que muchos de esos consejos prácticamente aparecen gratis para elaborar nuestras imágenes. Pues, hala, ahora venimos con que no hay que seguir ninguna regla, ni norma ni nada.

Yo estuve, cuando empezaba en fotografía digital, en algunos foros de fotografía. Cuando todavía hacía las cosas por mi cuenta y no sabía o no quería saber nada de normas, reglas o leyes fotográficas. Y me enfadaba cuando alguien me criticaba por que a esta foto le faltaba esto o le sobraba aquello. O simplemente las cosas estaban mal colocadas o captadas. Pero poco a poco me di cuenta de que no me lo decían para fastidiarme. Que era por mi bien y para mejorar mi técnica y composición. Cuando llegué a ese punto en el que se cruzan la humildad y la cordura, mis fotos empezaron a funcionar mejor.

Lo que dijo algún fotógrafo “Yo no cree las normas, no tengo por que seguirlas” No es recomendable. Pues ese mismo fotógrafo seguía las normas. Es una frase impactante, sin embargo realizar imágenes lleva consigo multitud de cosas a tener en cuenta: Proporciones, distancia entre los elementos, líneas, distancia de los bordes, líneas implícitas, puntos, formas geométricas, color, luz, concordancia, disonancia, contraste, pesos visuales etc Y no es una lista cerrada. Con el tiempo vamos sabiendo más de la visión humana y podemos hacer que nuestras fotos cautiven a los demás y nos satisfagan a nosotros guiando la mirada y haciéndolas agradables y bonitas.

Las normas se siguen en tráfico, en la vida, en las leyes y el derecho, en la economía, en el mundo laboral, en la música, en la pintura, en la escultura, en la literatura. Y no pasa nada. Bueno si pasa, que no nos estrellamos unos contra otros, que se persigue la delincuencia, que no se hunden los mercados todos los días, que trabajamos y las empresas funcionan, que las canciones suenan bien, que los cuadros dicen algo, que las figuras de piedra, barro o madera nos transmiten sensaciones y que los libros nos comunican adecuadamente los mensajes.

Termino con una cita al libro de fotografía de paisaje de Fran Nieto. En el que aconseja, cuando te enfrentas a un paisaje, a seguir todas las reglas de composición que conozcas y se puedan aplicar a un caso concreto. Pero que si las sigues y luego te gusta otra cosa o te apetece mover algo o modificar alguna de esas reglas. Lo hagas. Al fin y al cabo fotografiar es disfrutar y las normas nos pueden ayudar pero no condicionar absolutamente.


Juan Gregorio García Alhambra

FOTOGRAFO PROFESIONAL