EL VERANO DE QUE TE HABLÉ

 

EL VERANO DE QUE TE HABLÉ

La Solana. Donde se mezcla la llanura extensa manchega y empieza en su mismo terreno a complicarse la orografía y da paso a esta parte de La Mancha que es el Campo de Montiel que es Mancha pero distinta. Donde los atardeceres son limpios, se puede observar el Sol hasta esconderse en la parte que da al Campo de Calatrava. Cuando las últimas luces se mezclan con las nubes la magia está asegurada. Los amaneceres también son espectaculares. Pero tardan un poco más por la altitud de la parte del este y el Sol asoma un poco después que en sitios más llanos. Cada parte de la geografía terráquea tiene su luz. Y La Solana también tiene su luz. Una luz que nos da unos azules profundos en el cielo los días soleados. En todas las épocas. Los días nublados son también especiales, se anulan las sombras y la paleta de colores limitada, sobre todo del campo en verano, se saturan de forma característica. El que en la llanura haya mucho más cielo que tierra hace que Dios pinte en el Cielo Nubes, meteoros, sus “dedos de Dios” esas luces rectas que salen de entre las nubes, hasta los rastros de aviones son caligrafía gráfica en nuestros cielos.

El verano cada vez más, es caluroso. No porque el Sol caliente más, sino por que estamos maltratando nuestra única casa. El planeta Tierra. Pero en el verano se juntan varias cosas, las ferias y romerías, esas tardes calurosas en las que no hay casi nadie por la calle. Por que nos damos a esa costumbre de la siesta. Que a veces te despiertas y no sabes si es de día o de noche ni dónde estás. Desde hace un tiempo tenemos las piscinas, esos pequeños mares de los que no tenemos. ¿O sí? A pocos kilómetros la secular sequedad de La Mancha nos lleva la contraria en las Lagunas de Ruidera. Donde hay agua, cristalina, que cambia de color durante el día, con una gama de azules y verdes que sorprende. Gracias a las reacciones químicas de las formaciones calcáreas origen de dichas lagunas.

Entonces tenemos de todo. Bueno, a lo mejor no, pero no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. De siempre los manchegos hemos sido austeros. Aunque como paisanos de Don Quijote y Sancho Panza no nos conformamos con tener pocos recursos. Y desde por la mañana, perseguimos injusticias, tenemos amores imposibles, gobernamos ínsulas y también nos dan algún que otro “palo” como a estos manchegos ficticios pero tan reales como los de cuerpo y alma.

Hoy solo pongo una fotografía. Esta disertación es por las Ferias y Fiestas de Santiago y Santa Ana. La foto es de un atardecer de los que comentaba al principio. Así de naranjas son los veranos en La Solana. Y más al ocaso. Disfrutad de estas fiestas, aunque os cojáis unos días de vacaciones fuera. Y tened precaución de no sufrir golpes de calor. Y sobre todo estéis donde estéis no hagáis actividades ni propiciéis situaciones que provoquen o puedan provocar incendios. Para que pasemos calor, pero podamos seguir disfrutando de la naturaleza.

JUAN GREGORIO GARCÍA ALHAMBRA

21/07/2022